En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas definió el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Desde entonces, se conmemora este día con el fin de prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y niñas en todo el mundo. En México, de acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), se define como violencia contra las mujeres «cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte, tanto en el ámbito privado como en el público». La misma normatividad reconoce la gravedad de la violencia contra las mujeres y la necesidad de llevar a cabo acciones concertadas entre los tres niveles y órdenes de gobierno para prevenir, atender, sancionar y erradicar este flagelo. Para ello, se ha estructurado el Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (SNAPSEVCM), mismo que traza las directrices generales de la intervención gubernamental. La violencia contra las mujeres y niñas sigue siendo un tema preocupante, y es que no solamente este sector de la población es vulnerado por extraños, sino que, también sufren violencia por parte de personas cercanas a ellas. De manera general, la violencia se manifiesta de forma física, sexual y psicológica e incluye: violencia por un compañero sentimental (violencia física, maltrato psicológico, violación conyugal, femicidio); violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuaciones sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético); trata de seres humanos (esclavitud, explotación sexual); matrimonio infantil y la violencia vicaria. Cifras. Según ONU Habitat, en 18 países, los esposos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen; en 39 países, las hijas y los hijos no tienen los mismos derechos de herencia; y en 49 países no existen leyes que protejan a las mujeres de la violencia doméstica. En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2021) de INEGI, la familia fue el círculo de apoyo más cercano para las mujeres que han experimentado violencia. De las mujeres que experimentaron violencia física y/ o sexual en el ámbito de pareja, 13.1 % presentó una queja o denuncia ante alguna autoridad. Le siguen el ámbito escolar (7.8 %); familiar (7.1 %), laboral (6.5 %) y comunitario (4.3 %). Los niveles de búsqueda de apoyo institucional o denuncia fueron bajos, las principales razones para no buscar ayuda o no denunciar fueron: se trató de algo sin importancia que no le afectó, no sabía cómo y dónde denunciar y por miedo a las consecuencias o a las amenazas. A nivel local, con información del INEGI, se tiene el registro de que existen 620, 222 mujeres en la Zona Metropolitana de La Laguna, la mayor cantidad se concentra en las edades de 20 a 24 años con 51, 702 personas del sexo femenino, seguido por las jóvenes de 15 a 19 años de edad (47,637), y en tercer lugar el sector de 5 a 9 años de edad (46,500). Las denuncias por violencia familiar en Torreón, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, muestran que desde el 2016 las cifras han aumentado, ya que en dicho año hubo 1,940; al 2017 se presentaron 2,406 denuncias; 2018 tuvo 2,631; en el 2019 se registraron 2,752; en el 2020 disminuyeron quedando en 2,412; pero volvió a aumentar en el 2021 con 2,714; y el corte al mes de octubre del presente año, se muestra un aumento, quedando en 2,834 investigaciones. De lo anterior puede inferirse que, o bien, la pandemia fue un factor determinante para el aumento o que las mujeres tienen más confianza para denunciar y pedir acompañamiento. Redes de apoyo. El movimiento #MeToo, fundado por Tarana Burke en 2006, provocó una movilización mundial que manifestó la urgente necesidad de prevenir y responder a la violencia contra las mujeres. Movimientos mundiales como #NiUnaMenos, #TimesUp entre muchos otros, también catalizaron el cambio. A nivel local, se cuenta con redes de apoyo para las mujeres que deciden poner alto a la situación que están viviendo, entre las que se encuentran el Centro de Justicia y Empoderamiento para las Mujeres en Torreón, el Instituto Municipal de la Mujer, el Instituto de Formación, Consultoría e Incidencia en Derechos Humanos y Perspectiva de Género (Incide Femme), Activistas Feministas de La Laguna, Musas de La Laguna, entre otros. El Centro de Justicia y Empoderamiento en La Laguna cuenta con servicios de orientación, psicología, área legal, área lúdica, ministerio público, empoderamiento (preparación académica, talleres, etc.), la idea es tener una atención integral, todo bajo un mismo techo. Por su parte, el Incide Femme contribuye a la promoción y defensa de los derechos humanos de las mujeres y grupos en situación de vulnerabilidad, incidiendo política y socialmente en la construcción de espacio cívico de libertad, paz, equidad e igualdad. Para ello, brindan servicios de formación, consultoría, acompañamiento e incidencia política con perspectiva de género y enfoque de derechos humanos, mediante un equipo profesional y multidisciplinario de especialistas en el tema. El Incide Femme tiene un registro de 22 casos atendidos, todos los casos se acompañan y/o asesoran de principio a fin, o hasta que la persona atendida decida terminarlo. Sus servicios son completamente gratuitos, como organización autogestiva. La violencia contra la mujer sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, al igual que el respeto de los derechos humanos de mujeres y niñas. Incluso la pandemia de Covid-19 agravó la situación, ya que el trabajo de cuidados no remunerado aumentó de manera significativa como consecuencia del cierre de las escuelas y el incremento de las necesidades de los adultos mayores. Además, con las medidas de confinamiento, muchas mujeres se encontraban en casa con sus agresores, con dificultades para acceder a servicios que están padeciendo recortes y restricciones. Y queda claro que la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de no dejar que nadie se quede atrás, no podrá cumplirse si no se toma en cuenta la estabilidad física y mental de las mujeres y niñas, un sector que, sin duda alguna, es piedra angular en toda sociedad.
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