Torreón: Hacia la ciudad inteligente
---------------------------------------------
Autor:
Dr. Daniel E. Pérez Torres - 30/10/2023
Profesor Posgrado en Urbanismo UNAM y Director General de Consultoría en Planeación, Desarrollo y Territorio
📫
🎧 Escuchar Artículo .
-
🔊 Programa de Radio
"El término “Ciudad Inteligente” (“Smart City” en inglés) se acuñó en su acepción actual en la década de los 1990’s para referirse a nuevas formas de gestión urbana basadas en la aplicación de la tecnología con el fin de mejorar la eficiencia de los servicios públicos y, en consecuencia, la calidad de vida de la población. Es interesante notar que en esos momentos el interés por la tecnología fue resultado del desarrollo de varias innovaciones que marcarían el futuro como lo conocemos ahora, tales como las computadoras personales y el software más amigable para los usuarios (por ejemplo Windows 95 y Office); los primeros navegadores web (Netscape Navigator de 1994 y Microsoft Internet Explorer de 1995); así como los primeros teléfonos inteligentes en la primera década del 2000, entre otras. La aplicación de la tecnología es una tendencia indiscutible que impacta nuestra vida cotidiana, que podemos apreciar mejor cuando analizamos cómo ha cambiado el mundo en los últimos años: un ejemplo es el amplio uso que el día de hoy tienen los teléfonos inteligentes, que en México tienen una incidencia en el 61.5% de la población, mientras que en Estados Unidos llega al 81.6% (Newzoo, 2022). Esta tecnología de uso muy común permite además de hacer llamadas, usar distintos tipos de redes sociales, navegar en internet, tomar fotografías, audio o video, adquirir productos y servicios (alimentos, boletos, etc.), hacer operaciones bancarias, escuchar música, tener información sobre nuestra salud y actividad física, utilizar servicios de geolocalización, transportarse, inclusive para editar o elaborar documentos u hojas de cálculo. En pocas palabras, ha cambiado al mundo y la cultura muchas veces sin darnos cuenta. Aún así, para algunas personas aún el día de hoy hablar de “ciudades inteligentes” pudiera parecer propio de alguna película o libro de ciencia ficción, es decir, asuntos muy alejados de nuestra realidad cotidiana. Sobre todo si ahora hacemos referencia a la aplicación de soluciones tecnológicas como el Internet de las Cosas, es decir, los procesos que permiten conectar los elementos físicos cotidianos al Internet, mismos que pueden resumirse en interruptores que dan instrucciones o sensores que recopilan datos y los envían a otro lugar. Igualmente es complejo entender los alcances de la Inteligencia Artificial, el Big Data (conjuntos de datos tan grandes y complejos que precisan de aplicaciones informáticas no tradicionales de procesamiento de datos para tratarlos adecuadamente) y la conectividad 5G, entre otras. Aún así, estas innovaciones y otras más, serán fundamentales para mejorar la gestión de la ciudad, optimizar los servicios públicos, reducir el consumo de recursos y facilitar la vida de la ciudadanía. Pero la tecnología, aunque fundamental, no es en lo único que debemos pensar cuando se habla de una Ciudad Inteligente, ya que no se trata simplemente de aplicar la tecnología. Una Ciudad verdaderamente Inteligente busca minimizar su impacto ambiental, fomentar el uso de energías renovables, promover la movilidad sostenible, desarrollar infraestructuras resilientes que puedan adaptarse al cambio climático, mejorar la economía, la seguridad, la salud y la educación, así como la infraestructura y los servicios públicos. La inteligencia se entiende entonces como la capacidad de resolver problemas y por lo tanto una Ciudad Inteligente es la que busca atender sus principales problemáticas de forma creativa, innovadora y eficiente. La experiencia internacional muestra que una Ciudad Inteligente debe fomentar la participación ciudadana y un gobierno abierto y transparente. Es decir, requiere de un modelo de gobernanza y gestión que aplique procesos de inteligencia colectiva para la toma de decisiones, con información abierta y accesible, lo que permite una mayor transparencia y rendición de cuentas. La noción de Smart City nos lleva a la necesidad de contemplar de manera más rigurosa y planificada estos temas con la posibilidad de que la ciudadanía pueda resolver diversos trámites y servicios en línea, así como por medio de la aplicación de herramientas tecnológicas. Se trata de decisiones que deben tomarse ahora y que tendrán un impacto en el corto, mediano y largo plazo. Así como en este momento es difícil recordar cómo se hacían muchas tareas sin el Internet, queda claro que en los próximos años seguiremos inmersos en un entorno digital donde cada vez más sectores y actividades deberán integrar un mayor componente tecnológico que se refleje sobre todo en una mejor calidad de vida para la población. Es por ello que el Instituto Municipal de Planeación y Competitividad de Torreón está trabajando, en conjunto con diversas áreas del Ayuntamiento, con el sector privado, la academia y organizaciones no gubernamentales, para la elaboración de un Programa de Desarrollo Digital para el Municipio de Torreón que tiene como objetivo desarrollar las estrategias necesarias para la aplicación de tecnologías de la información en la gestión de los servicios públicos y también para promover la instalación de empresas con alto componente tecnológico. Para el caso de Torreón los principales retos urbanos se encuentran en temas como el desarrollo de una plataforma gubernamental integrada que permitan a los usuarios de forma sencilla pagar multas, hacer trámites diversos, todo con un sistema único de medios de pago, así como la identificación del usuario de forma indubitable. Otros retos se relacionan con el cambio climático, los servicios de agua, saneamiento y drenaje; monitoreo y mecanismos de control de la calidad del aire, seguridad urbana, movilidad y transporte, conectividad pública al internet; la limpieza, recolección y disposición de los residuos sólidos, el catastro, entre otros. En efecto, Torreón y la Laguna deben continuar el camino para convertirse en una Ciudad Inteligente en el sentido más amplio del término, es decir, no solo por su componente tecnológico, sino por encontrar la forma de resolver los principales problemas que la aquejan y que requieren de la aplicación de creatividad y de inteligencia colectiva.
